El contexto actual ejerce en todos nosotros incertidumbre y estrés que se traslada a diferentes ámbitos de la vida, y el trabajo no es una excepción. Poder realizar una correcta promoción, gestión y mejora del bienestar laboral es fundamental para mantener la salud de los trabajadores y por lo tanto, de las organizaciones.
Las empresas son los seres humanos que las componen. Y entre mayor equilibrio haya en el cuerpo, la mente y las emociones de cada colaborador, el bienestar de la compañía mejorará. Sin embargo, hay momentos límite dentro y fuera del trabajo que generan crisis emocionales en los empleados. Es en estos puntos en los que las personas más necesitan un acompañamiento empático y profesional y las compañías deben estar preparadas para proporcionarlo.
¿Qué es una crisis emocional?
Una crisis surge cuando una situación lleva a las personas al límite, haciendo que sus mecanismos de afrontación de problemas resulten ineficientes, generando un desequilibrio y una inadaptación psicológica.
Los efectos de las crisis van en tres vías y responden a un intento desesperado del cuerpo y la mente de responder a una amenaza que le genera estrés.
Fisiológicos: sudoración, palpitaciones, dolor de cabeza, dolor de estómago.
Cognitivas: pensamientos negativos, pesadillas, problemas de memoria, falta de concentración y dificultades para coordinar.
Emocionales: tristeza, frustración y ansiedad.
La crisis emocional más frecuente en el trabajo es la que se genera por estrés laboral: se desata por una alta exigencia (propia o externa), situaciones de abuso de superiores o pares y niveles elevados de competitividad.
¿Cómo identificar empleados con crisis emocionales?
Cambios abruptos de comportamiento
Impulsividad
Agresividad
Respuestas sarcásticas
Incumplimiento en las tareas
Aislamiento
Tristeza
Pocos deseos de socializar
Crisis y burnout
Una de las crisis laborales más profundas es el síndrome del quemado o burnout: un estado extremo de agotamiento físico, mental y emocional en el que se pierde el interés por las tareas y el sentido de la responsabilidad. En algunas situaciones puede llevar a depresiones profundas.
Este síndrome se da cuando las personas asumen todas las tareas, cargan un estrés excesivo, trabajan a deshoras y descuidan su vida personal, bien sea por motivación individual o por presión de sus jefes.
Entre los síntomas más representativos están la fatiga, insomnio, desbordamiento negativo, depresión, ansiedad, abuso de sustancias, colesterol alto, migraña y desorden alimenticio.
¿Cómo gestionar las crisis emocionales en los empleados?
Evitar las crisis, en ocasiones es inevitable, lo que sí se puede y se debe hacer, es fortalecer la salud emocional de la compañía. Estos son los pasos recomendados:
Darle claridad al empleado sobre cuáles son sus tareas y su alcance.
Comunicar exhaustivamente los espacios y herramientas de contención emocional con los que cuentan las compañías.
Ser transparentes en todo momento para generar confianza.
Formar a líderes para que sean transparentes, empáticos, se interesen genuinamente por sus equipos y puedan identificar cambios en ellos.
Protocolo de manejo de crisis
Todos estos pasos deben estar en el marco de un protocolo de manejo de crisis pensado para disminuir los impactos negativos. Este protocolo debe construirlo el departamento de Recursos Humanos, sin importar el tamaño de la compañía, teniendo en cuenta estas consideraciones:
Designar y educar a responsables de atención en crisis, idealmente, psicólogos (pueden ser personas o instituciones externas a la compañía). Estos profesionales deben dar atención inmediata y empática, mostrándole a la persona afectada que la situación es normal y sin emitir juicios.
Compartir los contactos de estos responsables con todos los empleados, quienes siempre deben tenerlos a mano.
Educar a los líderes de la organización en temas de salud emocional e informarlos de los casos para que sean mediadores entre la persona afectada y el equipo.
Articular el caso con instituciones profesionales y prestadores de servicios de salud.
Hacer un seguimiento al caso, idealmente, incluyendo algunos días libres para el colaborador.
Las crisis son periodos pasajeros en los que la empresa debe mostrar toda su humanidad y empatía para ayudar a sus colaboradores. Y este acompañamiento se verá bien recompensado, pues las personas sabrán que hacen parte de un equipo en el que pueden confiar y en el que vale la pena trabajar.
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